Cualquier fortuna, sea en grados académicos o en propiedades y cosas materiales, obtenida sin esfuerzo y lejos de Dios, exacerba el apetito de la codicia. La holgura obtenida con trabajo, pero lejos de Dios, es pecado. Y cada pecado estimula el deseo de seguir pecando.

Por el contrario, todo lo que obtenemos por medio de Dios nos sacia inmediatamente y extingue cualquier atisbo de codicia.

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Învățături despre bine și rău, Editura Sophia, București, 2006, p. 82)