La salvación no es una cosa difícil, pero sí delicada
Dios es amor. Si tienes amor, estás con Dios; si en ti no existe el amor al prójimo, Dios no está contigo.
¡Escucha! Cuando alguien se acusa solamente a sí mismo, es que está cerca de Dios; al contrario, cuando se justifica, el demonio está con él. Dios es amor. Si tienes amor, estás con Dios; si en ti no existe el amor al prójimo, Dios no está contigo.
¡Se necesita sólo de paciencia! La salvación no es una cosa difícil, pero sí delicada. Si cumpliéramos con las palabras de la Escritura y las enseñanzas de la Iglesia, todo sería muy sencillo. En vano nos retiramos a lo solitario, hacemos miles de postraciones, ayunamos, velamos, oramos, etc., si en nosotros no hay amor y humildad. Si nos faltan estos dos elementos, todo lo demás se quedará aquí, y no nos acompañará en la vida futura.
¡Qué inmensa tiene que haber sido la caída del hombre del estado en que se hallaba en el Paraíso, si ahora, después de la caída, hasta los animales y las plantas tienen todo lo que necesitan! ¿Pero en qué estado será hallado el hombre, que es la corona de la creación?
(Traducido de: Stareţul Dionisie – Duhovnicul de la Sfântul Munte Athos, Editura Prodromos, 2009, pp. 289-290)