Palabras de espiritualidad

La Santa Comunión, fuente de salud física y espiritual

    • Foto: Stefan Cojocariu

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“El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión con el cuerpo de Cristo?” (I Corintios 10, 16).

Al comulgar con el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, aunque justo ahora comieras la carne y la sangre de Su Cuerpo en la Cruz, o comas el pan y el vino presentado por los sacerdotes, estás consumiendo lo mismo. El Santo Apóstol Pablo dice: “El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión con el cuerpo de Cristo?” (I Corintios 10, 16).

El cristiano que se acerca ala comunión con el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, con temor de Dios, con fe, devoción y la debida preparación, se hace digno de incontables dones y frutos espirituales.

Aquel que comulga con fe, devoción y humildad da purificación de los pecados, santidad, luz, vida eterna y salud a su cuerpo y a su alma.

(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 274)