La señal de Cristo en nosotros
La señal de Cristo se graba en todo el ser del cristiano, y quienes la lleven podrán atravesar las sombras de la muerte, sin sentir miedo alguno.
“Yo soy la puerta; el que entra por Mí se salvará” (Juan 10, 9). Lo mismo dice el Señor en otra parte: “Nadie va al Padre sino por Mí” (Juan 14, 6). Y con más claridad: “Sin Mí no podéis hacer nada” (Juan 15, 5).
Así las cosas, el cristiano es aquel que está completamente en Cristo, y todo lo valioso que hay en él viene de Cristo. Su justicia es la de Cristo y su cuerpo es el de Cristo. El que se salva, se salva precisamente porque está vestido en Cristo. Nosotros hemos “caído” de Dios y, así, somos hijos de la ira. Solamente cuando nos acercamos al Padre, en Cristo y en el nombre de Cristo, la justicia divina se divide y Él nos tiende Su misericordia, recibiéndonos. La señal de Cristo se graba en todo el ser del cristiano, y quienes la lleven podrán atravesar las sombras de la muerte, sin sentir miedo alguno.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 22)