La Señal de la Cruz, cuando es hecha correctamente, nos libra de todo mal
El enemigo odia la Señal de la Santa Cruz, porque es el arma invencible con la que Cristo venció a los infiernos. La Señal de la Santa Cruz, hecha con la mano, es un símbolo que demuestra una pertenencia religiosa o un estado de devoción frente a Dios, a Quien debemos servir con el alma y con el cuerpo.
Al igual que arrodillarse y agachar la cabeza, lo mismo que la postración y elevar el corazón al orar, la Señal de la Santa Cruz, hecha con la mano, es un símbolo que demuestra una pertenencia religiosa o un estado de devoción frente a Dios, a Quien debemos servir con el alma y con el cuerpo (I Corintios 6, 20; Filipenses, 1, 20).
Los adversarios de la Cruz y su señal son los enemigos de la Cruz de Cristo (Filipenses 3, 18-19). El maligno odia la Señal de la Cruz, porque es el arma invencible con la que Cristo venció a los infiernos.
La Señal de la Santa Cruz anunciará la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, de acuerdo a lo que las Sagradas Escrituras dicen, “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre...” (Mateo 24, 30-31). Esa señal es la Cruz, porque es el símbolo del poder y de la victoria de Cristo (I Corintios 1, 18; Colosenses 2, 15).
(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Îndrumări duhovniceşti pentru vremelnicie şi veşnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 271)