Palabras de espiritualidad

La Señal de la Cruz, cuando es hecha correctamente, nos libra de todo mal

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El enemigo odia la Señal de la Santa Cruz, porque es el arma invencible con la que Cristo venció a los infiernos. La Señal de la Santa Cruz, hecha con la mano, es un símbolo que demuestra una pertenencia religiosa o un estado de devoción frente a Dios, a Quien debemos servir con el alma y con el cuerpo.

Al igual que arrodillarse y agachar la cabeza, lo mismo que la postración y elevar el corazón al orar, la Señal de la Santa Cruz, hecha con la mano, es un símbolo que demuestra una pertenencia religiosa o un estado de devoción frente a Dios, a Quien debemos servir con el alma y con el cuerpo (I Corintios 6, 20; Filipenses, 1, 20).

Los adversarios de la Cruz y su señal son los enemigos de la Cruz de Cristo (Filipenses 3, 18-19). El maligno odia la Señal de la Cruz, porque es el arma invencible con la que Cristo venció a los infiernos.

La Señal de la Santa Cruz anunciará la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, de acuerdo a lo que las Sagradas Escrituras dicen, “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre...” (Mateo 24, 30-31). Esa señal es la Cruz, porque es el símbolo del poder y de la victoria de Cristo (I Corintios 1, 18; Colosenses 2, 15).

(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Îndrumări duhovniceşti pentru vremelnicie şi veşnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 271)

 

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