La tarea del cristiano verdadero es purificarse y corregirse
La tarea del cristiano verdadero es la de purificarse y corregirse. Es como un enfermo que debe ser cauterizado aquí, abierto allá... pero nada de esto puede hacerse sin dolor. Si la persona quiere librarse del dominio de un enemigo poderoso, ¿podría conseguirlo sin luchar y sin ser herido?
La tarea del cristiano verdadero es la de purificarse y corregirse. Es como un enfermo que debe ser cauterizado aquí, abierto allá... pero nada de esto puede hacerse sin dolor. Si la persona quiere librarse del dominio de un enemigo poderoso, ¿podría conseguirlo sin luchar y sin ser herido? Debe oponerse a todas las disposiciones de este mundo que le rodea, pero, ¿cómo conseguirlo sin disgustos y limitaciones? Alégrate, entonces, cuando sientas que la cruz te pesa, porque esto es señal que caminas en la senda del Señor, el camino de la salvación, hacia el Cielo. Ten paciencia. ¡Ya casi llegas al final, en donde serás coronado!
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian şi Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 25)