La teología de los chocolates del padre Sofronio Sajarov
Decía el padre Sofronio que si un sacerdote le da un chocolate a un niño, le está ofreciendo una pequeña lección de teología: es el inicio de su formación religiosa.
En la formación de tu hijo, ten cuidado de no herirlo con algo. Recuerdo que el padre Sofronio Sajarov solía ofrecerles bombones de chocolate a los niños. Pero, antes de dárselos, elevaba su mano, de tal forma que los pequeños tuvieran que esforzarse para alcanzarlos. Con el tiempo, cuando volvían a visitarle, el padre les preguntaba: “¿Cómo quieren que les de los chocolates? ¿Abajo o arriba?”. Y los niños respondían, emocionados, “¡Por arriba, padre, por arriba!”.
Decía el padre Sofronio que si un sacerdote le da un chocolate a un niño, le está ofreciendo una pequeña lección de teología: es el inicio de su formación religiosa. Es bueno acostumbrar al niño a hacer un pequeño esfuerzo. Pero el padre nos enseñó que no basta con enseñarle a esforzarse, sino que también debe aprender a amar ese esfuerzo (como saltar para alcanzar el chocolate, en vez de recibirlo rápidamente en sus manos).
Ciertamente, así es como podemos enseñarles a amar el esfuerzo, pero se trata de un esfuerzo, de un sacrificio dulce y deseable, si lo entendemos cual debe. “Mi yugo es suave y Mi carga ligera”... y el padre Sofronio nos lo explica así: “San Siluano decía que la carga de Cristo es ligera sólo si tienes amor. ¡Y yo le pido a Dios que les dé ese amor!”.
(Traducido de: Părintele Rafail Noica, Colocviului „Întâlnirea cu Duhovnicul”)