La única preocupación del hombre racional
El hombre verdaderamente racional tiene una sola preocupación: obedecerle a Dios y serle agradable.
El hombre verdaderamente racional tiene una sola preocupación: obedecerle a Dios y serle agradable. Solamente en esto se ocupa su alma: en gustarle a Dios, agradeciéndole por todo el cuidado y la guía que le provee, sin importar a dónde le lleve la vida.
Porque es incorrecto agradecerles a los médicos por sanar nuestro cuerpo, aunque nos prescriban remedios amargos y desagradables, y no agradecerle a Dios por todo lo que transcurre como es debido en nuestra vida, para beneficio nuestro y según Su Providencia.
Y es que la salvación del alma reside en el conocimiento y la fe dirigidos a Dios.
(Traducido de: Sfântul Antonie cel Mare, Învățături despre viața morală, traducere de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în „Filocalia”, vol. I, Sibiu, 1947, p. 14)