Palabras de espiritualidad

La verdadera oración y sus frutos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

La oración del justo es, por definición, fecunda; es una manantial dinámico que corre permanentemente.

El Santo Apóstol Santiago, en su carta, nos habla de aquellos que deben llamar a los sacerdotes para que oren por los enfermos, diciendo que “Mucho es lo que puede la oración del justo”. Esta frase podría completarse así: “Mucho es lo que puede la oración fecunda del justo”, donde la palabra “fecunda” tiene un valor de aposición, porque define o redefine lo que se ha dicho antes.

La oración del justo es, por definición, fecunda; es una manantial dinámico que corre permanentemente, que viene de algún lado y te da de beber. La oración es, así, un factor activo, aunque tiene lugar en la intimidad del “yo” espiritual.

(Traducido de: Mitropolitul Bartolomeu Anania, Rugăciunea, izvor de putere în încercările vieții, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 11)