Palabras de espiritualidad

Las exageraciones de los padres pueden alejar a sus hijos de Cristo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Padres de familia que no fueron educados cristianamente, se esfuerzan en educar cristianamente a sus propios hijos.

Los niños de nuestros tiempos han nacido en un mundo completamente distinto, en familias cristianas, sí, pero carentes de toda raíz y tradición, lejos de la sociedad que les vio nacer y separadas de aquello en lo que sus hijos están por entrar. Puede que estos últimos vean en sus propias familias la experiencia de volver a Cristo, aunque no la entiendan. Reciben una educación cristiana de quienes no la tuvieron... Padres de familia que no fueron educados cristianamente, se esfuerzan en educar cristianamente a sus propios hijos.

En este caso es extraordinariamente destructora la habitual vanidad paterna: a menudo, los padres olvidan cómo fueron ellos mismos cuando niños y les piden a sus hijos lo que ni ellos hacían. Recién comienzan a asistir a la iglesia (¡y esto es bueno, por lo menos!) y, no sin dificultades, empiezan a vivir de acuerdo a los mandatos del Evangelio. Con todo, les exigen a sus hijos que sean correctos e intachables, usualmente según su propio punto de vista y no necesariamente de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia.

¿Cuál es el resultado de todo esto? Que los hijos no sólo se alejan de la Iglesia, sino también de sus padres. Ante la falta de comprensión, amor y afecto, se convierten en presa fácil de cualquier doctrina dudosa o se dejan convencer por la propaganda de cualquier vicio...

(Traducido de: Educarea copilului: sfaturi ale duhovnicilor şi psihologilor ortodocşi, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2013, pp. 54-55)