Cuando los esposos provienen de distintos medios sociales, religiosos, incluso étnicos, los prototipos interiores del comportamiento diferente y de los sentimientos son aún más diversos; por eso, los especialistas están de acuerdo en que los esposos que provienen de medios semejantes tienen menos fuentes de turbación y enojo, además de mayores posibilidades de crear un vínculo conyugal funcional. Lo más importante en cada pareja, después de que termina la luna de miel, es vincularse satisfactoriamente en una relación y en un modo de vida común, con sus propios planes de vida familiar.

Muchos esposos creen que es simple satisfacer las necesidades de otra persona. Talvez por eso muchas parejas llegan, en un momento determinado, al punto de considerar que su relación es algo pasado y no sienten ya ninguna disposición de luchar por ese amor y reparar su matrimonio.

La mayoría de jóvenes se casan con la certeza de que este paso les ofrecerá inmediatemente un vínculo perfectamente satisfactorio con su pareja. Por eso, cuando les toca enfrentar algún problema, empiezan a pensar que cometieron un error enorme con esa elección y que deben renunciar al lazo que ahora los une, para buscar una nueva persona que les llene y satisfaga desde el inicio. Popularmente se dice, sin embargo, con sabiduría, “El matrimonio no es una costura”.

(Traducido de: Pr. Filoteu Faros, Pr. Stavros Kofinas, Căsnicia: dificultăţi şi soluţii, traducere din limba greacă de pr. Şerban Tica, Editura Sophia, Bucureşti, 2012, p. 100)