Lo que es y lo que no es la contrición
Como escribe San Juan Climaco: “La contrición es hija de la esperanza y negación de la desesperanza”.
Una “mente nueva”, conversión, rectificación: el arrepentimiento es algo positivo, no negativo. Como escribe San Juan Climaco: “La contrición es hija de la esperanza y negación de la desesperanza”. La contrición no es caer en el desaliento, sino que es una ferviente esperanza. No es el sentimiento de hallarte en un impasse, sino saber que has encontrado una salida. La contrición no significa odiarte a ti mismo, sino afirmar tu verdadero “yo”, que asume la Imagen de Dios. La contrición no significa mantener la mirada en tus propias imperfecciones, sino mirar hacia arriba, al amor de Dios. La contrición no es mirar atrás con un reproche, sino ver hacia adelante con confianza. La contrición no es ver lo que no has logrado ser, sino lo que puedes llegar a ser con el don de Cristo.
Viéndola así, en su sentido positivo, la contrición deja de parecernos un simple acto singular, para convertirse en una actitud permanente. Cada uno, en su experiencia personal, puede conocer momentos decisivos de conversión, pero cultivar el arrepentimiento es algo que no se termina jamás. Enmendar nuestro ser es algo que debemos renovar constantemente; siguiendo el ejemplo del abbá Sisoes, la “transformación de la mente” debe ser, hasta nuestra muerte, cada vez más radical, y la “labor de gran inteligencia” tiene que volverse cada vez más profunda.
(Traducido de: Episcopul Kallistos Ware, Împărăția lăuntrică, Editura Christiana, 1996, pp. 48-49)