Palabras de espiritualidad

Lo que podemos aprender del ejemplo de Santo Tomás

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Aquel que no creía antes de ver, dio testimonio directo de la verdad, y lo que no tenía a pesar de haber escuchado, lo obtuvo cuando vio, es decir, la fe.

El hombre que puede ver no necesita que alguien le explique lo que ve, o que le diga qué está viendo, si es que sus ojos en verdad pueden ver. Esto es algo que entendemos con el ejemplo de Tomás, quien, a pesar de haber oído, pero, por no haber visto, dijo: “Si no veo, no creeré” (Juan 20, 25), y, cuando vio, exclamó: “¡Señor mío y Dios mío!”.

Así, aquel que no creía antes de ver, dio testimonio directo de la verdad, y lo que no tenía a pesar de haber escuchado, lo obtuvo cuando vio, es decir, la fe.

(Traducido de: Calist PatriarhulCapete despre rugăciune, în „Filocalia”, vol. VIII, traducere, introducere și note de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, București, 1979, pp. 275-276)