Palabras de espiritualidad

Los ángeles oran por nosotros. ¿Oramos nosotros también por nosotros mismos?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

¡Qué grande ha de ser su tristeza cuando, en tanto que ellos se esfuerzan con fervor por nuestro bien, nosotros, al contrario, no queremos ni siquiera orar por nosotros mismos, despreciando aquel afán y el santo servicio que nos ofrecen!

Felizmente, en nuestra oración no intervienen solamente los astutos demonios, tan llenos de odio hacia el hombre, queriendo destruir los frutos de nuestras plegarias. Intervienen también los Santos Ángeles, que obran por amor y gracias a su deseo de ayudarnos a tener una relación verdadera y perfecta con el Señor. Ellos nos exhortan con alegría y nos acompañan al orar, conocedores de los gozos espirituales que la oración nos otorga. En verdad, ellos oran junto a nosotros, porque están llenos de amor por sus hermanos, los hombres. Por eso es que quieren que nosotros oremos también por nosotros mismos.

¡Qué grande ha de ser su tristeza cuando, en tanto que ellos se esfuerzan con fervor por nuestro bien, nosotros, al contrario, no queremos ni siquiera orar por nosotros mismos, despreciando aquel afán y el santo servicio que nos ofrecen! Y no se trata de un simple descuido, de una mera dejadez. Tampoco se trata solamente de burlar una santa expectativa que las legiones celestiales tienen de nosotros. Se trata de entregarnos a las mismas manos de los demonios. Cuando no oramos, nos unimos a los demonios y nos entendemos con ellos, haciendo imposible la comunicación con aquellos que nos rodean.

(Traducido de: Arhimandrit Evsevios Vitti, Sfântul Nil Ascetul, despre rugăciune, pp. 158-159)