Palabras de espiritualidad

Mi fe te conoce, Señor

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Mi fe te ve, Señor, tal como lo que ha nacido escucha a aquel que lo ha engendrado. El Dios en mí ve y oye al Dios en Ti. 

Mis ojos me dijeron: “Nosotros no podemos verlo a Él”. Pero yo los tranquilicé, con estas palabras: “La verdad es que ustedes no fueron creados para verlo a Él, sino para ver lo que es Suyo”. Mis oídos me dijeron: “No lo hemos escuchado a Él”. Pero yo los llamé al orden, diciéndoles: “Ciertamente, ustedes no fueron creados para escucharlo a Él, sino para oír lo que es Suyo”.

Nada de lo que ha sido creado puede verlo o escucharlo a Él, sino solo aquello que es de Él. Lo creado ve y oye lo creado. Solo lo que ha nacido de Él puede verlo. Y solo lo que ha nacido de Él puede escucharlo. Una pintura no puede ver al pintor, pero el hijo del pintor puede ver al pintor. Una campana no puede oír al hombre que la confeccionó, pero la hija del campanero puede oír a su padre.

El ojo no puede ver a Dios, porque no fue creado con el propósito de verlo. El oído no puede oírlo, porque no fue creado con ese objetivo.

Mi fe te ve, Señor, tal como lo que ha nacido escucha a aquel que lo ha engendrado. El Dios en mí ve y oye al Dios en Ti. Y Tú, Señor, no fuiste creado, sino engendrado.

(Traducido de: Sfântul Ierarh Nicolae Velimirovici, Rugăciuni pe malul lacului, Editura Anestis, 2006, pp. 68-69)