“Muchos teólogos hablan abstractamente de la deificación. Lo más importante es cumplir con los mandamientos de Cristo, y así venir a la deificación y a la luz. La pureza se alcanza sólo cuando Cristo viene a nuestra alma y nuestro cuerpo.”

“Luego del primer descenso de la Gracia Divina, empieza la lucha, la guerra. Algunas veces es necesario que pase mucho tiempo para que la persona consiga asimilar la Gracia recibida. Esta asimilación se consigue con paciencia, templanza y firmenza cuando aquella se va.”

“Aprehendemos esa visita de la divina Gracia con la compunción de corazón, el arrepentimiento y las lágrimas. Inmediatamente después aparece la felicidad. La visión de la luz no-creada puede venir al principio como algo negativo, con lágrimas y con una sensación de tristeza, debido a la conciencia de nuestros propias pasiones. Este es el comienzo de una vida espiritual. Quienes cuentan con una larga experiencia en la oración perseverante y en el descenso de la Gracia Divina sienten primero el feliz gusto de la visita de la Gracia y después aparecen las lágrimas. Esto puede ocurrir aún después de muchísimos años de fructífera lucha del cristiano.”

(Traducido de: Hierotheos Vlachos, Mitropolit de Nafpaktos și Sfântul Vlasie, Cunosc un om în Hristos: Părintele Sofronie de la Essex, traducere din limba greacă de Pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2011, pp. 196-197)