Palabras de espiritualidad

“Mientras sientas el placer de dar y recibir, no esperes estar en paz”

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Haz todo lo posible por conservar esa paz cuando vengan los infortunios, abandonándote a las manos de Dios, sin agitarte. ¡Ora para que en todo se haga la voluntad de Dios, y con eso basta!

«El Señor te bendiga para que puedas esforzarte, sobre todo con la mente. La idea de que tendrías que estar en otra parte y que deberías recibir alguna visita no te deja en paz. Tienes que dejar de añorar salir de visita o que vengan a visitarte a ti. Los stárets de antaño solían tener escrito en la pared de su celda: “Mientras sientas el placer de dar y recibir, no esperes estar en paz”. Esas palabras: “dar y recibir”, comprenden todo, cualquier clase de relación con los demás. Renunciar a eso no es algo que se pueda alcanzar de un solo golpe, pero el comienzo sí que debe hacerse inmediatamente. ¡Que nuestro Buen Dios te conceda la dulzura de Su compañía!

¡Sálvate! Démosle gracias a Dios hay porque paz en tu alma y también porque has sabido soportar todo. Haz todo lo posible por conservar esa paz cuando vengan los infortunios, abandonándote a las manos de Dios, sin agitarte. ¡Ora para que en todo se haga la voluntad de Dios, y con eso basta!

Hazte una norma de no empezar nada si no hay paz en tu alma: ni siquiera hables si no estás tranquilo. Por piadoso o correcto que te parezca ese impulso de hablar o hacer algo, es posible que tu alma no pueda respetar en esos momentos la mesura debida, mucho  menos la pureza que se nos pide, porque ese estado suele mezclarse con el orgullo. ¡Que Dios te ayude!».

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulÎnvățături și scrisori despre viața creștină, Editura Sophia, București, 2012, p. 107)