¡No cedas ante tus vicios y pasiones!
¡Busca lo que está en lo alto, con Cristo! (Colosenses 3, 1) ¡Que tu mente se alce más allá de lo terrenal! ¡Arregla tu vida de acuerdo a lo que Dios te ha otorgado! ¡Busca la vida de los Cielos!
Los animales caminan viendo hacia el suelo, pero el hombre, vástago celestial, se diferencia de ellos, tanto en su misma estructura como por la dignidad de su alma.
¿Cuál es el aspecto de los cuadrúpedos? Su cabeza está inclinada hacia el suelo, por lo que constantemente pueden verse el vientre y buscar la forma de saciarle todos sus placeres. Tu cabeza, sin embargo, está dirigida hacia el cielo; tus ojos pueden ver lo que está más alto. Porque, si alguna vez provocas las burlas de los otros con los vicios de tu cuerpo, sirviéndole a este y a lo que está debajo del vientre, te estás asemejando a las bestias irracionales (Salmos 48, 12). ¡Otras cosas deberían preocuparte!
¡Busca lo que está en lo alto, con Cristo! (Colosenses 3, 1) ¡Que tu mente se alce más allá de lo terrenal! ¡Arregla tu vida de acuerdo a lo que Dios te ha otorgado! ¡Busca la vida de los Cielos! (Filipenses 3, 20) Tu verdadera patria es el Jerusalén Celestial (Hebreos 12, 22). Sus ciudadanos y compatriotas tuyos son los primeros que fueron inscritos en los Cielos (Hebreos 12, 23).
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Omilii la Hexaemeron, traducere de Pr. Dumitru Fecioru, Ed. IBMBOR, Bucureşti, 1986, p. 172)