¡No descuides lo que hay en tu interior!
Tienes que encender tu espíritu con lecturas espirituales, orando —así sea con oraciones cortas—, meditando sobre la eternidad y los mandamientos de Cristo.
No te aterres al ver que el espíritu de tu devoción se debilita, porque vives en un ambiente en donde te toca ver y oír solamente cosas contrarias a ese espíritu. Y esto, aunque no lo quieras, te llega al corazón y te afecta. Sin embargo, querido hermano, lo anterior no significa que debas actuar de forma negligente con tu espíritu, sino que tienes que encenderlo con lecturas espirituales, orando —así sea con oraciones cortas—, meditando sobre la eternidad y los mandamientos de Cristo, alimentándote para poder alcanzar la edad la perfección. Acuérdate de la abyecta ocupación del publicano del Evangelio, quien vivía en una total contradicción con la vida en Dios. Y, a pesar de todo, no olvidaba asistir a la iglesia. Y sucedió que, en un momento dado, se hizo muy agradable a Dios con sus palabras de arrepentimiento y salió del templo mucho más justificado que el fariseo, quien era un celoso guardián de la ley.
(Traducido de: Starețul Moise de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 198)