No es sencillo intentar seguir el ejemplo de Cristo de una vez. Empieza siguiendo el ejemplo de los hombres más virtuosos que haya en tu localidad. Este será como un primer nivel. Después, intenta imitar a los santos de tu nación. Este es el segundo nivel. Hecho esto, sigue el ejemplo de los más grandes santos de la Iglesia. Este es el tercer nivel. Finalmente, sigue a Cristo. Esta es la cima, el culmen que no se puede alcanzar de un solo salto.

Trabaja todo el tiempo en tu alma, como si fuera un huerto fértil y próspero, el cual, ya que es tan fecundo, se llena de malezas con asombrosa facilidad. Que todo tu esfuerzo, exterior e interior, esté dedicado al cuidado de tu alma, porque es lo único que puedes librar del diluvio de la muerte.

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Gânduri despre bine și rău, Editura Predania, București, 2009, p. 144)