¡Cristo dijo que tenemos que amar a nuestros enemigos! ¿Comprendes? ¡Qué importante es amar a todos y orar por ellos! Puede que haya alguno al que el demonio lo esté perturbando, llenándolo de intranquilidad, confusión o irascibilidad. Si los demás no oran por él, ese estado se transmitirá a todos. Pero, si al menos uno ora por los demás, esa turbación empezará a disiparse. La Gracia de Dios brillará y vendrá sobre todo el lugar, santificándolo.

(Traducido de: Părintele Porfirie, Antologie de sfaturi și îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, pp. 118)