Un día, el rey de Francia le preguntó a un famoso escritor:

—¿Quién es el hombre más feliz del mundo?

—No hay nadie totalmente feliz, sino Dios —respondió el literato—, y, después de Dios, el hombre que se mantiene cerca de Él. “¿Qué tan cerca se encuentra de Dios?”, esta debe ser la medida con la que tiene que evaluarse la verdadera felicidad del hombre y el propósito de su vida.

¡Acércate, amada alma, acércate mucho más al Señor! Mientras más te le acerques y más te aferres a Él, tu vida y tu hogar se harán auténticos remansos de paz, de fuerzas, de regocijo y de salvación espiritual.

(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 10)