Nuestras oraciones por vivos y muertos
Debemos orar por ellos con un amor sincero, con el corazón encendido y lleno de afecto.
Durante los responsos por aquellos que han muerto siendo creyentes, debemos recordar que también ellos son miembros de Cristo, miembros del cuerpo de Su Iglesia y miembros nuestros, templos del Espíritu Santo; por eso, debemos orar por ellos con un amor sincero, con el corazón encendido y lleno de afecto. Del mismo modo debemos orar por quienes asisten a los oficios litírgicos y a los distintos sacramentos, porque también ellos son miembros de Cristo y de nosotros mismos. Por vivos y muertos debemos orar con devoción, especialmente durante la Divina Liturgia. Para esto debemos vivir siempre en devoción, templanza y contemplación.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 312)