El padre espiritual es como una columna que te señala el camino a seguir, pero eres tú quien debe andarlo. Si él te enseña el camino correcto, pero tú no haces nada y no te pones en movimiento, entonces no llegarás a ninguna parte y te pudrirás, como un pedazo de madera, al lado de aquella columna.

Nuestro Señor Jesucristo, orando en el jardín de Getsemaní, representa, de alguna manera, la figura de cualquier padre espiritual en su relación con sus discípulos, porque asume los pecados de estos como suyos. ¡Qué importante es todo esto y cuánto sufre el padre espiritual por esos pecados!

(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, volumul I, Editura Egumenița, Galați, 2009, pp. 165-166)