Oremos también cuando comamos
Para el que ora, la fuerza de los alimentos se transforma en fuerza espiritual.
Oremos también cuando comamos. Todos los alimentos contienen la fuerza creadora de Dios. De esta manera, con nuestra oración, unimos toda esa materia nutritiva, haciéndola beneficiosa para nosotros.
El alimento le da energía a nuestro cuerpo; por eso es que lo necesitamos para poder ponernos en acción y tener fuerzas para orar. Para el que ora, la fuerza de los alimentos se transforma en fuerza espiritual.
El que ora poco, sufre, porque la fuerza y la energía de los alimentos se transforma, en su mayor parte, en distintas pasiones, como la gula. En tales situaciones, es muy imporante acudir al ayuno.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Cunosc un om în Hristos – Părintele Sofronie de la Essex, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 307)