Oren por sus semejantes
Cuando oramos por un enfermo, mencionamos su nombre y pensamos en él, pidiéndole a Dios que lo sane. No es una imaginación, sino una realidad. No es un vicio, sino una actitud de amor cristiano hacia nuestro hermano.
Oren en su celda. Algunos podrán levantarse una hora más temprano, otros media hora antes, otros un cuarto de hora, algunos diez minutos antes. Depende de la capacidad de cada quién. Pero es necesario hacerlo. Sólo de esta manera, la mente y el corazón se acostumbran a vivir permanentemente en oración. Cuando hagan la Oración de Jesús no dejen el pensamiento los apresure. Los principiantes en la vida espiritual necesitan aprender a luchar en contra de lo que el cuerpo les pide.
Oren por la noche, en la mañana y en cualquier otro momento de la vida de cada día. Oren por los demás. Sólo en la unidad con el Espíritu Santo serán capaces de construirse su salvación. Oren por sus semejantes y pídanle a Dios que los bendiga a Ustedes por las oraciones de los otros.
Cuando oramos por un enfermo, mencionamos su nombre y pensamos en él, pidiéndole a Dios que lo sane. No es una imaginación, sino una realidad. No es un vicio, sino una actitud de amor cristiano hacia nuestro hermano.
(Traducido de: Arhimandrit Sofronie, Din viaţă şi din Duh, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2014, pp. 57-58)