Orgullo y humildad, dos caras opuestas
El orgullo reprende a todos y ve solamente lo que es desagradable, en tanto que la humildad ve únicamente su propia fealdad y no se atreve a juzgar a nadie.
Para que puedas distinguir entre la humildad y el orgullo, recuerda: el orgullo reprende a todos y ve solamente lo que es desagradable, en tanto que la humildad ve únicamente su propia fealdad y no se atreve a juzgar a nadie.
Cuando te consideras una nada, ¿qué importancia tiene lo que digan y piensen los otros de ti? El hombre humilde está siempre en paz, siempre se siente reconciliado con todos. Pero, para alcanzar dicho estado, se requiere de una gran destreza. Ante cualquier situación adversa, tienes que ser consciente de tu debilidad y reprenderte a ti mismo, no a los demás.
(Traducido de: Ne vorbesc Stareții de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, 2007, pp. 208-210)