Otro aspecto de la lucha invisible del cristiano
Lo que tienes que hacer es buscar el rastro de estos tres gigantes del demonio: el olvido, la desidia y la ignorancia, que son el cimiento de las acciones de los espíritus impuros, por medio de los cuales las demás pasiones del mal se robustecen, actúan y perviven en los corazones de quienes aman los placeres y en las almas de los impíos.
Si quieres vencerte a ti mismo y alejar fácilmente las huestes del enemigo, tienes que orar e implorar la ayuda de Dios, volviéndote al interior de tu corazón. Allí, lo que tienes que hacer es buscar el rastro de estos tres gigantes del demonio: el olvido, la desidia y la ignorancia, que son el cimiento de las acciones de los espíritus impuros, por medio de los cuales las demás pasiones del mal se robustecen, actúan y perviven en los corazones de quienes aman los placeres y en las almas de los impíos.
Así, concentrándote y estando atento todo el tiempo, dominando tu corazón y recibiendo el auxilio que viene de lo alto, conocerás los males que para otros son desconocidos y que ni siquiera parecen serlo, pero que son todavía más peligrosos que los demás, y, con las armas de la justicia, es decir, con la invocación de Dios, que es la raíz de todo bien y fuente del conocimiento luminoso, por medio del cual, el alma lúcida arranca de su interior la oscuridad del desconocimiento, así como con la perseverancia, que prepara y conduce al alma a la salvación, con estas armas de la virtud te revestirás con la fuerza del Espíritu Santo, por medio de la oración y la petición, con el valor y el arrojo. Armado así, podrás vencer a esos tres gigantes del maligno.
(Traducido de: Sfântul Marcu Pusnicul, Scrieri, Editura Egumenița, pp. 166-167)