Palabras de espiritualidad

Para aprender a dar sin límites

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Que la misericordia del Señor, de la cual tantas veces hemos gozado sin límites, nos enseñe no solamente a pedir y a recibir, sino también a dar. Démosle a nuestro semejante todo lo que podamos, sin luego arrepentirnos, tal como nosotros recibimos por parte de Dios.

El Señor da con generosidad, sin arrepentirse después por haber dado. Sin embargo, nosotros, cuando damos algo, raras veces lo hacemos sin remordimeintos o sin reproches. Les echamos en cara a los demás que nos piden mucho y con mucha frecuencia; a veces hasta aprovechamos la ocasión para darles un sermón completo, recordándoles su ingratitud por la ayuda que les hemos ofrecido antes. El Señor procede de otra manera con nosotros, los pecadores. Podemos dirigirnos a Él cada día y cuantas veces queramos, que Él no se enfadará. Podemos presentarnos ante Él con cualquier número de peticiones, que Él nunca nos reprochará que son demasiadas.

El Señor nos da, en verdad, todo. Se entregó a sí mismo por la humanidad caída en pecado. Nuestra pecaminosidad e indignidad no le hacen renunciar a ese amor que nos tiene, que “todo lo espera, todo lo soporta”.

Que Su misericordia, de la cual tantas veces hemos gozado sin límites, nos enseñe no solamente a pedir y a recibir, sino también a dar. Démosle a nuestro semejante todo lo que podamos, sin luego arrepentirnos, tal como nosotros recibimos por parte de Dios.

(Traducido de: Fiecare zi, un dar al lui Dumnezeu: 366 cuvinte de folos pentru toate zilele anului, Editura Sophia, p. 198)