Para gozarnos en el Señor
Prcuremos el placer de las cosas divinas, gozándonos en el Señor, como dice el profeta: “Busca en el Señor tus delicias, y él te dará lo que tu corazón desea” (Salmos, 36, 4).
Huyamos de la embriaguez y del hartazgo, pero no solamente del que nos provocan las comidas abundantes, sino también de cualquier otro que sea propio de las cosas del mundo.
Así, en vez de tales deleites, procuremos el placer de las cosas divinas, gozándonos en el Señor, como dice el profeta: “Busca en el Señor tus delicias, y él te dará lo que tu corazón desea” (Salmos, 36, 4), para poder gozarnos tanto de las bondades de esta vida como de las futuras.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Ce este Mie şi ţie femeie? Nu a venit încă ceasul Meu, în vol. Cateheze maritale, p. 139)