Para poner fin a la dispersión de los pensamientos cuando oramos
Aunque queremos ensimismarnos y aplicarnos en la oración, esta se interrumpe una y otra vez. ¿Qué podemos hacer?
Nuestro perjuicio consiste en el hecho de que, al dispersarse nuestros pensamientos, también perdemos la concentración y nuestra mente empieza a errar por todas partes. Aunque queremos ensimismarnos y aplicarnos en la oración, esta se interrumpe una y otra vez. ¿Qué podemos hacer? Todos dicen la misma cosa: cuando espabiles, vuelve nuevamente a tu corazón y empieza a clamar desde ahí, para que tu mente no vuelva a extraviarse. Y si esta huye otra vez, hay que repetir el mismo procedimiento.
¿Es que alguna vez cesará esta dispersión de la mente? Seguro que sí. Y creo que, si en esta lucha reconocemos humildemente que somos pecadores y le pedimos al Señor que nos ayude a despertarnos, Él, viendo nuestra paciente y sincera búsquda de la lucidez, nos ayudará, por Su gran misericordia.
(Traducido de: Arhiepiscopul Antonie de Golânsk și Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice, Manualul isihiei, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 68)