¿Para qué sabernos los mandamientos de memoria, si no los ponemos en acción?
En ningún caso tienes que pensar que estás exonerado totalmente, argumentando que surgió algo exterior que no te dejó cumplir con tus deberes de cristiano.
«Querido hijo, los diez mandamientos no son cosa que deba aprenderse como cualquier otra lección escolar, como cualquier tarea de historia que te aprendes de memoria. ¡No! Lo que tienes que hacer es aprender a cumplir con esos mandamientos.
Puedes decirle a tu confesor que no lograste cumplir con determinado mandamiento, que hubo un determinado estado en tu alma o alguna situación que te lo obstaculizó. Y él analizará la situación. Seguramente te concederá alguna circunstancia atenuante, pero en ningún caso tienes que pensar que estás exonerado totalmente, argumentando que surgió algo exterior que no te dejó cumplir con tus deberes de cristiano».
(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Despre armonia căsniciei, Editura Elena, Constanța, 2013, p. 18)