Para que todo sea posible
¿Tienes miedo y frustración? Vuelve a Cristo. Ámalo con sencillez y humildad, sin pretensiones... y Él Mismo acudirá a ti.
Todo es posible, si estamos con Cristo. ¿En dónde están tu esfuerzo y tu perseverancia en hacerte bueno? Las cosas son simples. Llama a Dios y Él cambiará todo, para bien. Si le entregas tu corazón, no quedará lugar para las demás cosas. Cuando te revistas con Cristo, no tendrás que esmerarte ya en alcanzar la virtud, porque Él mismo te la dará. ¿Tienes miedo y frustración? Vuelve a Cristo. Ámalo con sencillez y humildad, sin pretensiones... y Él Mismo acudirá a ti.
Vuelve a Cristo, y repite con humildad y esperanza, como lo hiciera el Apóstol Pablo: “¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?” (Romanos 7, 24) Te dirigirás, entonces, hacia Cristo, y Él vendrá inmediatamente. E inmediatamente obrará Su Gracia.
(Traducido de: Părintele Porfirie, Ne vorbește părintele Porfirie, Editura Egumenița, p. 227)