Palabras de espiritualidad

Para reflexionar sobre nuestra preparación para el Juicio del Señor

  • Foto: Flavius Popa

    Foto: Flavius Popa

Sentado en su ataúd, respondió a todas las preguntas de los demás monjes, llorando desconsoladamente. Finalmente, ante las insistentes súplicas de los otros y sin dejar de llorar, dijo una cosa más: “¡Sálvense, sálvense!”.

“Sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16,18) son palabras que aparecen en el Santo Evangelio. El Apóstol dice que la fracción del pan, es decir, el Sacramento de la Eucaristía, se seguirá celebrando hasta la Segunda Venida del Señor.

Por su parte, el venerable Efrén el Sirio dice que vendrá un tiempo en el que el sacrificio sin sangre dejará de celebrarse. En este punto podríamos suponer que se trata de una contradicción, pero no es el caso. Tenemos que entenderlo así: abierta y manifiestamente, la Liturgia dejará de celebrarse en la iglesia, pero el Sacramento de la Eucaristía serguirá existiendo hasta la Segunda Venida del Señor.

El venerable Antonio de Pecherska había descansado en el Señor. Cuando sus restos todavía no habían sido confiados a la tierra, se despertó. Sentado en su ataúd, respondió a todas las preguntas de los demás monjes, llorando desconsoladamente. Finalmente, ante las insistentes súplicas de los otros y sin dejar de llorar, dijo una cosa más: “¡Sálvense, sálvense!”; después, se levantó y se encerró en su celda. Callaba y lloraba todo el tiempo, y unos diez o catorce años después, murió. Hubo también otro asceta (Teodosio), quien, habiendo muerto, se despertó, y después les dijo a los que estaban presentes: “¡Hermanos, créanme, el infierno existe!”.

(Traducido de: Starețul Nicon de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 222)