Palabras de espiritualidad

Para ser ascetas en medio del mundo

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

Apártate de las nimiedades del mundo y hazlo todo de la forma establecida por la buena ley evangélica, y vivirás como en el desierto, aún en medio del mundo.

Hay una forma de huir del mundo, materialmente: retirarse a lo solitario. Sin embargo, podemos huir del mundo, aún viviendo en el mundo: escapando de él con nuestra forma de vida. La primera modalidad (el retiro a la soledad) no es apta para todos, y no todos pueden realizarla. Sin embargo, la segunda forma es obligatoria para todos y debería ser practicada por todos. Precisamente esta es la exhortación que nos hace San Andrés de Creta, al aconsejarnos huir al desierto por medio de los buenos preceptos.

Apártate de las nimiedades del mundo y hazlo todo de la forma establecida por la buena ley evangélica, y vivirás como en el desierto, aún en medio del mundo. Los buenos preceptos se erigirán cual muro entre tú y este mundo, impidiéndote ver las cosas terrenales, aunque las tengas ante tus ojos. El mundo seguirá su curso, mientras tú seguirás el tuyo. El mundo seguirá asistiendo al teatro; tú, a la iglesia. El mundo bailará; tú practicarás tus postraciones. El mundo organizará fiestas; tú meditarás en casa, en tu propio sosiego. El mundo se regocijará en palabreríos y mascaradas; tú te gozarás en el silencio y en la doxología a Dios. El mundo seguirá buscando alivios, tú esfuerzos. El mundo producirá y seguirá leyendo más libros frívolos; tú te dedicarás a leer la Palabra de Dios y los escritos patrísticos. El mundo continuará con sus círculos de discusión y polémicas inútiles; tú te gozarás conversando con otros que piensan como tú o con tu padre espiritual. El mundo seguirá con sus cálculos egoístas, mientras tú elevas tu mente a Dios.

Hazte un conjunto de normas y disposiciones de vida contrarias a la vacuidad del mundo, y vivirás en el mundo, pero fuera de él. Así no te verás a ti mismo en el mundo y el mundo no se verá en ti. ¡De esta forma serás un asceta en medio del mundo!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Răspunsuri la întrebări ale intelectualilor, vol. I, Editura Cartea Ortodoxă, 2007, p. 125)