Haz todo lo que puedas hacer, no te detengas a elegir, no desprecies nada. Recuerda: todo lo que encuentres en el camino de la vida puede convertirse en algo útil. Es sorprendente cuántas cosas puedes hacer en un solo día, si tan solo tienes amor y si trabajas con agrado. En uno de sus escritos, un pensador decía, con toda razón, que el tiempo no se compone solamente de horas y minutos, sino también de anhelos y de amor. Quien ama mucho, sabe hacer mucho.

Ciertamente, quienes más se quejan de falta de tiempo son los ociosos, porque es suficiente con quererlo para, en el menor tiempo, hacer el doble de cosas que cuando trabajas a la fuerza o cuando empiezas a hacer algo sin sentirlo en tu corazón. Aquí, como todo en la vida, el motor principal es el amor, el deseo sincero de hacer algo y de terminarlo bien. No dudemos que el Señor nos ayudará en todo lo que emprendamos con buena intención, si nos ponemos manos a la obra con alegría, perseverancia y amor.

(Traducido de: Fiecare zi, un dar al lui Dumnezeu: 366 cuvinte de folos pentru toate zilele anului, Editura Sophia, p. 230)