Para vencer la ira
Pídele a Dios Su auxilio y empieza desde hoy, sin demora. Aparta cualquier manifestación exterior de la ira, y luego avanza hacia tu mundo interior.
Necesitarás de mucho tiempo y luchar con tesón, para vencer la pasión de la ira.
El anciano Ammón luchó durante catorce años seguidos contra la ira. Pero tú no desesperes. Pídele a Dios Su auxilio y empieza desde hoy, sin demora. Aparta cualquier manifestación exterior de la ira, y luego avanza hacia tu mundo interior.
“El inicio de la sanación de la pasión de la ira”, dice San Juan Climaco, “consiste en que los labios callen cuando el alma se siente perturbada. La mitad es que los pensamientos callen cuando el corazón se halla un poco agitado. Y el final es que en el mar del alma haya paz plena, por impuros que sean los vientos que soplan”.
De esta forma, no sólo dejaremos de enfadarnos con quienes nos ofenden, sino que también empezaremos a orar por ellos espontáneamente y sin ninguna carga, como dice el anciano Doroteo: “¡Señor, ayuda a mi hermano y, por sus oraciones, ayúdame a mí también!”. Así es como manifestamos nuestro amor y una verdadera humildad. El amor, porque oramos por nuestro hermano que nos ha ofendido, y nuestra humildad, porque, sin importar lo demás, invocamos sus propias oraciones.
(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Povețe duhovnicești, Editura Egumenița)