Para vencer la irascibilidad que brota de nuestro interior
“La irascibilidad no se ablanda con el ayuno, sino con la humildad, con la capacidad de reprendernos a nosotros mismos y con la conciencia de ser dignos de tal defecto”.
“La irascibilidad no se ablanda con el ayuno, sino con la humildad, con la capacidad de reprendernos a nosotros mismos y con la conciencia de ser dignos de tal defecto.
El estado de irascibilidad del espíritu proviene, en primer lugar, del amor a uno mismo, porque sentimos que los demás no hacen las cosas que queremos y como queremos que las hagan, y, en segundo lugar, de nuestra falta de fe, porque pensamos que cumplir con los mandamientos de Dios en determinado momento y lugar no nos servirá de nada”. (San Ambrosio de Óptina)
“Si sientes que la ira te inunda, mantente callado y no hables hasta el momento en que, después de orar con fervor, acusándote a ti mismo, tu corazón vuelva a llenarse de paz”. (San Hilarión de Óptina)
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 122)