Palabras de espiritualidad

Para vencer la pasión de la gula

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Entendiendo todo esto, condénate cada vez que desees lo que parece dulce y bienoliente, porque bien sabes que luego se transformará en pestilencia.

Si te ataca la idea de la voracidad, haciéndote desear toda clase de manjares —a cual más selecto y más gustoso—, e induciéndote a comer cuando no lo necesitas y en desmesura, debes recordar lo que dijera el Señor: “Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupacines de la vida”. Así, invoca el axuilio del Señor y pídele que tu mente se centre solamente en las guías de los Santos Padres, porque esta pasión también acecha a los monjes y es la raíz de todo mal, especialmente del desenfreno. Aún desde el comienzo de los tiempos, vemos que la infracción cometida por nuestro antepasado Adán, el primer hombre, al consumir aquello que se le había prohibido, le hizo merecedor de ser echado del Paraíso, trayendo la muerte a la humanidad, tal como está escrito: “Bello era para la vista y suculento al comerlo, el fruto que me mató”. Desde entonces y hasta el día de hoy, sometiéndose a los deseos del vientre, muchos han caído terriblemente, como dicen las Santas Escrituras. “Que nunca se nos olvide que lo exquisito de los alimentos más apetitosos pronto se convierte en hedor y desechos”, advierte el gran Barsanufio. Entonces, entendiendo todo esto, condénate cada vez que desees lo que parece dulce y bienoliente, porque bien sabes que luego se transformará en pestilencia. Así, con tu mesura y a su debido tiempo, compariendo tus alimentos, lograrás vencer la pasión.

(Traducido de: Sfântul Nil Sorschi, Cuvinte duhovniceşti, Editura Pelerinul român, Oradea, 1992, p. 162)