¿Piensas mal de los demás?
Esta es una ley para nosotros: si perdonas, significa que el Señor te ha perdonado a ti; pero, si no perdonas a tu hermano, significa que tu pecado pervive en ti.
Si piensas mal de los demás, significa que hay un espíritu maligno en ti, llenándote de esa clase de pensamientos malvados sobre quienes te rodean. Por eso, si alguien muere sin haber perdonado a su hermano, su alma se irá a donde mora el espíritu maligno que domina su alma. Esta es una ley para nosotros: si perdonas, significa que el Señor te ha perdonado a ti; pero, si no perdonas a tu hermano, significa que tu pecado pervive en ti.
El Señor quiere que amemos a nuestro semejante. Y si piensas que el Señor le ama a él, esto significa que el amor del Señor está contigo. Si crees que el Señor ama mucho a Su creación y sientes compasión por todo lo que te rodea, y también amas a tus enemigos, considerándote a ti mismo el peor de todos los seres, es que en ti hay un enorme don del Espíritu Santo.
Aquel que tiene al Espíritu en su interior, aún en una pequeña medida, se entristece por todos los demás, día y noche, y su corazón se conmueve por todas las criaturas de Dios, especialmente por aquellos que no lo conocen a Él o se le oponen, haciéndose merecedores del fuego eterno. El cristiano que tiene al Espíritu Santo, ora por esta clase de personas día y noche, más que por sí mismo, para que todos se arrepientan y conozcan al Señor.
(Traducido de: Sfântul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, 2001, p. 133)