Palabras de espiritualidad

¿Por qué huimos de Cristo?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡El mundo huye de Cristo, porque huye también de Dios, deseando ser él mismo un dios!

El hombre huye de Dios, porque no es capaz de renunciar a sus pequeños y efímeros placeres, mismos que le parecen un escape ante el tiempo y el dolor. Y también porque no cree que Dios se pueda “inmiscuir”, así, en nuestros gestos y pensamientos más insignificantes.

A medida que el hombre descubre que no puede librarse de la agitación de su dependencia a las cosas más perniciosas, más se prepara para escuchar y obedecer a Dios. Al Dios Vivo, Quien da Su vida al hombre y viene efectivamente a morar en él, y vive con él todo lo que le atañe, ¡desde la respiración hasta la inspiración!

¡Con Él, las lecciones que debes cumplir se convierten en Liturgia! ¡Con Él, la relación con tus propios padres se vuelve en amor, aunque muchas veces se trate de un amor crucificado! ¡Con Él, el pecado se convierte en muerte y el odio al pecado deviene en una forma de volver a nacer desde lo alto!

El mundo huye de Cristo, porque el hombre eligió inventar, creyendo que era creador, sucedáneos para los alimentos del cuerpo (productos “idénticos a los naturales”), del alma (el arte y las relaciones desagradables y vulgares), y para los que son de naturaleza meramente espiritual (consume lo que le ofrecen los espíritus de la oscuridad).

¡El mundo huye de Cristo, porque huye también de Dios, deseando ser él mismo un dios!

(Traducido de: Monahia Siluana Vlad, Gânduri de încredinţare, Editura Doxologia, Iaşi, 2012; pp. 62-63)