“¿Por qué, Señor?”
“Finalmente, acudí al stárets y le conté todo. Su respuesta fue una muy simple y, al mismo tiempo, enteramente sabia...”
Una hija espiritual me contó lo siguiente:
«No hace mucho, algo muy extraño ocurrió con una familia de mi ciudad. En cosa de cuatro o cinco años, la esposa tuvo que enterrar a su marido y a sus tres descendientes. De hecho, pocos meses antes de morir, una de las hijas había contraído matrimonio.
Aunque sabía que la pregunta: “¿Por qué, Señor?”, que brotaba de mi interior, era una blasfemia, durante cierto tiempo no pude sacármela de la mente. Finalmente, acudí al stárets y le conté todo. Su respuesta fue una muy simple y, al mismo tiempo, enteramente sabia: “Sólo una cosa debes saber... ¡Dios nunca se equivoca!”».
(Traducido de: Arhimandrit Epifanie Teodoropulos, Crâmpeie de viață, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 118)