¿Por qué te quejas tanto?
Aquel que tenga de todo, tanto bienes materiales como salud, pero que en vez de ser agradecido con Dios quiera tener más y se queje por ello, ese se irá al infierno con todo y zapatos.
Padre, ¿por qué hay muchos que, a pesar de tenerlo todo, viven tristes y sin paz?
—Cuando veas a alguien apesadumbrado, intranquilo y afligido, aunque no le falte nada, es que a esa persona lo que le falta es Dios. En verdad, aquel que tenga de todo, tanto bienes materiales como salud, pero que en vez de ser agradecido con Dios quiera tener más y se queje por ello, ese se irá al infierno con todo y zapatos. Por el contrario, al que sabe ser agradecido todo le contenta. Piensa en todo lo que Dios le da cada día y siente un gozo profundo. Pero, cuando el individuo es desagadecido, nada le agrada, se queja por todo y todo le atormenta. Si, por ejemplo, no aprecia la luz del sol, sino que se empieza a quejarse, llegará el día en que el (río) Vardar venga y se lo trague... ¡No le conviene el calor del sol, sino el pavor que le provoca el torrente del Vardar!
¿Qué quiere decir con eso?
—Lo que quiero decir es que si no somos agradecidos por las bendiciones que Dios nos da, sino que nos quejamos, empezarán a aparecer distintas tentaciones que nos harán encogernos como un ovillo. Ciertamente, quien se acostumbre a lamentarse recibirá una pequeña bofetada por parte de Dios, para que pague al menos un poco en esta vida. Y es que, si no recibiera esa corrección, sería peor para él, porque tendría que pagarlo todo en la otra vida.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 139)