¿Por qué habríamos de querer nosotros, que estamos tan llenos de pasiones, conocer y examinar los insondables misterios y disposiciones de la Iglesia? Lo que debemos hacer es acatarlos y someternos a ellos, porque no tienen error alguno. “El orgulloso indaga en los misterios, pero estos se revelan solamente a los humildes... “. Podría encontrar más referencias sobre esto, pero creo que es inútil que, como pecadores, intentemos adentrarnos en el mar de la teología. Es mejor que tratemos de purificar, paso a paso, nuestra mente y nuestro corazón de todas sus pasiones, y entonces la Gracia escribirá sola sus normas en las blancas páginas de nuestro corazón.

(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Filocalia de la Optina, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 44)