Palabras de espiritualidad

¿Por qué veneramos y besamos los Santos Evangelios?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Los Santos Evangelios son el sello de nuestra fe ortodoxa, el fundamento de la “Nueva Ley”, recibida del Hijo Unigénito del Padre, en el Gólgota.

Los Santos Evangelios son Cristo Mismo, presente en el corazón de la Iglesia, por medio de Sus palabras, porque Él es la Palabra de Dios encarnada. Orígenes decía que “comulgamos con Cristo por medio de la Palabra y el Pan”, es decir, con el Evangelio y la Santa Eucaristía.

Los Santos Evangelios son el sello de nuestra fe ortodoxa, el fundamento de la “Nueva Ley”, recibida del Hijo Unigénito del Padre, en el Gólgota. Ellos nos fueron transmitidos, inicialmente, de forma oral por los Santos Apóstoles, y luego fueron escritos por los cuatro grandes evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Para nosotros, los fieles, el encuentro con Dios se materializa en los oficios litúrgicos, que representan, de hecho, la vida y encarnación de los Santos Evangelios. Tanto la Divina Liturgia, como los Maitines, los oficios de las horas en los domingos y festividades, y los demás sacramentos, contienen pasajes de los Santos Evangelios.

En el marco de los Maitines, cuando el advenimiento de la luz vence a la oscuridad y al pecado, los cristianos dirigen sus primeros pensamientos a Dios, venerando y besando los Santos Evangelios.

Así, estos representan un puente que une Cielos y tierra, un vínculo entre nuestro Señor Jesucristo y los fieles que asisten a los oficios litúrgicos, en presencia Suya.