¡Primero Dios, luego el hombre!
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Puedes darte cuenta que amas al Señor, por la alegría que sientes al servirle, al cumplir con Sus mandamientos, Sus mandatos. ¡No te opongas! ¡Toma en cuenta a Dios!
¿Cómo puedes saber si amas a Dios?
Puedes darte cuenta que amas al Señor, por la alegría que sientes al servirle, al cumplir con Sus mandamientos, Sus mandatos. ¡No te opongas! ¡Toma en cuenta a Dios!
¡Esto es lo más importante en la vida del cristiano! Primero Dios, luego el hombre.
(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Iubirea de aproapele – ajutor pentru bucuria vieții, Editura Doxologia, Iași, 2014, p. 71)
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