Primero hay que vivir eso que queremos recomendarles a los demás
Verás que esas recomendaciones también pueden ser útiles para los demás, solamente después de que tú mismo hayas crecido espiritualmente al cumplirlas.
Si antes de tiempo compartes con los demás lo que se te ha recomendado a ti, te arriesgas a trivializar esos consejos y a que, debido a que no son aplicables para todos, los demás los tomen a la ligera, induciéndote a ti mismo a restarles importancia.
Al contrario, verás que esas recomendaciones también pueden ser útiles para los demás, solamente después de que tú mismo hayas crecido espiritualmente al cumplirlas, cuando irradies la fuerza del perfeccionamiento alcanzado con la práctica de aquello que se te aconsejó a ti. Y también cuando esos consejos hayan alcanzado la posibilidad de ser puestos en práctica.
Es por eso que, cuando Cristo les decía cosas formidables a algunos, les prohibía transmitírselas a otros, antes de que ellos mismos se alzaran a la fuerza de ejemplificarlas con su propia vida.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 36 la Varsanufie și Ioan, Scrisori duhovnicești, în Filocalia XI, Editura Episcopiei Romanului și Hușilor, Roman, 1990, p. 57)