Palabras de espiritualidad

A propósito de la oración de los tres jóvenes en medio de las llamas

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Se pusieron a sí mismos entre los pecadores y estaban convencidos de ello, por eso fue que el horno se enfrió.

Esos tres jóvenes, habiendo nacido en la esclavitud, no dijeron: “¿De qué somos culpables?”, sino que reconocieron: “Es justo que suframos... ¡De hecho, tendríamos que sufrir aún más!”. Hablaban como si se hallaran entre quienes habían vulnerado los mandamientos de Dios antes de la esclavitud en Babilonia, como si también ellos hubieran participado de quién sabe qué pecados... pero eran inocentes de todo aquello, porque aún no habían nacido cuando eso ocurrió. ¡Cómo me conmueve la oración que elevaron entre las llamas del horno! “Justo eres, Señor, en todo lo que has hecho con nosotros... porque hemos pecado y hemos sido partícipes de la iniquidad... y ahora no somos dignos de abrir nuestras bocas. Pero, no nos abandones para siempre... no nos apartes de Tu misericordia, por Abraham, a quien Tú amas” (Cántico de los tres jóvenes).

Es decir: “Eres justo al castigarnos, Señor, porque somos pecadores. Pero, sólo por Abraham, a quien amas, no nos abandones”. Se pusieron a sí mismos entre los pecadores y estaban convencidos de ello, por eso fue que el horno se enfrió. En tanto que a los idólatras, reunidos para ver la hoguera, los quemaron las llamas (Mateo 18, 20).

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul II. Trezvie duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, ediția a II-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 389-390)