«Cuando tengas hijos, enséñales a escuchar música. Pero no música moderna, sino la verdadera música, la música de los ángeles. La música estimula en la persona la capacidad de recibir y entender la vida espiritual. Con esta música, el alma se vuelve más sensible a las cosas espirituales. Por ejemplo, cuando son leídos los seis salmos, la gente suele salir afuera de la iglesia, porque no entienden que esos salmos son como una “sinfonía” que enciende el alma y la llena de gozo y serenidad. Pero, tristemente, no lo entienden, porque sus corazones se han vuelto como de piedra. La música nos ayuda a entender la profundidad del contenido de los cánticos santos».

(Traducido de: Starețul Varsanufie de la Optina, Sfaturi către monahi și omilii duhovnicești, Editura Evanghelismos, p. 99)