¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
La contrición no es un acceso de remordimientos y autocompasión, sino una conversión, un volver a centrar nuestra vida en la Santísima Trinidad.
¿Qué entendemos, de hecho, por “contrición”? La palabra nos siguiere, en general, un pesar por haber pecado, un sentimiento de culpabilidad, una sensación de dolor y disgusto por las heridas que les hemos causado a los demás y que también nos hemos hecho a nosotros mismos. Sin embargo, esta visión es incompleta. El dolor y el disgusto conforman un elemento esencial del arrepentimiento, pero no les podemos conceder el contenido entero y ni siquiera la dimensión más importante del tema que nos atañe.
Para acercarnos al sentido más profundo de la contrición, necesitamos volver al término griego metanoia, el cual significa, literalmente, “renovación de la mente”. Es decir que no se trata solamente de sentir pesar por el pasado, sino también de transformar totalmente la perspectiva de nuestra vida. Es restaurar la forma en que nos relacionamos con Dios, con los demás y con nosotros mismos: “Una acción de gran inteligencia”, como dice el Pastor de Hermas (siglo II) y no necesariamente una crisis afectiva. La contrición no es un acceso de remordimientos y autocompasión, sino una conversión, un volver a centrar nuestra vida en la Santísima Trinidad.
(Traducido de: Episcopul Kallistos Ware, Împărăția lăuntrică, Editura Christiana, 1996, p. 48)